José Cacho Echeverría

La Pasión Hecha Pelota

Cuentan las viejas que los duendes del Parque existieron, que se parecían mucho al Tata Tuninetti y que eran una mezcla de diablos y ángeles. Cuentan que dormían la siesta en el Colonial, ese mágico lugar que inaugurara el Coco Marino en el 43 y que desde allí, les gustaba verlo a cacho jugando a la chora con sus amigos de la infancia entre las sillas de lata. Cuentan que a los duendes les gustaba regalar vidas de películas, donde todo sucede de manera extraña y vertiginosa, pero como no les gustaban las distancias sólo las ofrecían a condición de que todo pasara por acá cerca. Dicen que el único testigo del pacto entre Cacho y los duendes fue el Tata Tuninetti que un domingo a la mañana los llevó a verlo a las inferiores de Banda Norte y se los recomendó. Dicen que como a Cacho no le interesaba irse a Buenos Aires o a Córdoba el pacto con los duendes le vino al pelo. A los duendes les gustó ese cinco de pelos rubios y lenguaje moreno, ya que era como ellos, mezcla de ángel y diablo. 

Lo cierto es que como Jugador, lo ayudaron a ser el único que pudo dar la vuelta con Banda Norte, Estudiantes y Atenas sin que nadie lo tratara de traidor. 

Cuando dejó el Fútbol lo sorprendieron con ser técnico de Municipal e iniciar una carrera en donde ganó mucho pero también sufrió mucho, ya que conoció las miserias del fútbol, esas que te hacen pasar de ser Gardel al peor de todos en una semana, esas que hacen que los teléfonos enmudezcan o que algunos se crucen de vereda para no saludarte y evitar que les pidas algo. 

Como lo necesitaban en buena forma para el final de la película, cada vez que la cosa iba mal y Cacho andaba "crocante de seco" los duendes le ponían en el camino manos inesperadas como por ejemplo ser gerente en el Mercado de Abasto o ser encargado en el parque, como para tenerlo cerca del barrio. 

Cuentan que los duendes del parque, hinchas de Banda Norte al fin, le reservaron un final como se merecía, haciéndolo campeón junto a los Lobos del Parque para que llorara como un chico, como ese chico que vieron aquel día en el Colonial. 

Dicen, que como Cacho, los duendes también se retiraron después de esa tarde y que andan junto al Tata Tuninetti nadie sabe dónde ni haciendo qué pero yo te recomiendo que si andas por el parque, tomate un café en la estación de servicio que hoy se emplaza sobre donde fuera El Colonial, o si entrás al Anfiteatro búscalos en el silencio y si los ves, no dudes en pedirles una vida como esa que le dieron a Cacho, llena de amigos y afectos ganados a fuerza de ponerle huevos a la vida. 

José Ismael Cacho Echeverría, protagonista de una vida de película, con alegrías y tristezas, con triunfos y derrotas, pero con toda la pasión hecha pelota.

Agradecemos la participación en este programa de Osvaldo Wehbe, Daniel Tosco y la música de Deolinda Sosa y Miguel Velazquez

Escucha el Programa Completo en: 

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